Los blancos se están haciendo muy fuertes en casa. Ya suman cuatro victorias consecutivas en casa después de vencer por 2-1 al Cacereño, en un partido cargado de emociones. Jugaron de inicio Mosquera, Mateos y Rodrigo, que anoche no disputaron ningún minuto en Riazor con el primer equipo, y Raúl Ruiz también entró en la convocatoria. Además, el once del Castilla saltó al terreno de juego con camisetas que contenían un mensaje de ánimo a Javier Acuña, recientemente operado del ligamento cruzado anterior y del menisco externo de su rodilla derecha, que además presenció el encuentro desde la grada con sus muletas.
El partido comenzó tranquilo, con dominio de ambos equipos por igual y con escasez de ocasiones tanto para el Castilla como para el Cacereño, con alguna ocasión contada por parte de los delanteros madridistas, pero sin importancia. Hasta que llegó Samuel en el 23’ con un disparo cruzado que se cuela en la escuadra de la portería de Vargas, inaugurando el marcador y subiendo la moral a los blancos.
Los minutos finales de la primera parte fueron especialmente emocionantes. En el 44’ Juan Carlos anotó el segundo de los blancos a pase de Mateos y sin portero, y cuando parecía que la ventaja en el marcador era un hecho antes de irse al descanso, el Cacereño acortó distancias en el 45’ tras un error defensivo del filial blanco aprovechado por Rai, que consigue batir a Adán.
A pesar de la ventaja en el marcador, el Cacereño sacó fuerzas y dominó al comienzo del segundo acto, creando numerosas ocasiones aunque sin demasiado peligro. En el 71’ Samuel tuvo en sus botas engrosar la cuenta de los blancos, tras un bonito pase de Juan Carlos desde la banda izquierda, pero el balón llegó a las manos de Vargas, y de nuevo en el 84’ el delantero remató de cabeza aunque sin fortuna. Este resultado motiva a los chicos de Alejandro Menéndez y les acerca a la parte alta de la tabla.